21 de enero de 2022

Ya aprenderá

Ver crecer a mi hijo fuerte y sano, o contemplar cómo disfruta de la comida me llena de orgullo. Sé que goza agradecido cuando por la comisura de sus labios chorrea la sangre de la carne cruda, cuando escupe en el plato algún trozo de cartílago y lo mira curioso antes de darle el visto bueno. Lo que más le gusta son las vísceras tiernas y jugosas. Las engulle con tanta ansia que ni las saborea. Ya apreciará los matices y aromas cuando sea mayor. Me preocupan más los excrementos. No que se los coma, eso va en nuestra naturaleza y yo hago lo mismo cuando huelen bien, pero ya debería haber aprendido a no cagar cerca de donde se come o se duerme. A Jose tampoco le gusta que lo haga, por eso le pega con la goma de regar o lo encadena lejos de mí vista. 
          Si sigue creciendo tan rápido, pronto levantará la pata para mear.

Microrrelato para forjadores de relatos